Versionando la vuelta al cole.

Hoy ha sido el segundo día de cole, ya horario completo, de mi ratona. Y estamos bien orgullosos de ella porque se está portando como una mujercita de casi 4 años, jeje. Una campeona. No ha llorado en ningún momento. Por fin hace la fila en condiciones sin llorar, sin armar la de dios y con una sonrisa de oreja a oreja. Parece otra, la verdad. Y eso me hace la madre más feliz del mundo, porque era lo que le quitaba el sueño a ella el año pasado, la fila,  por lo tanto a mí también.

Niños haciendo la fila en la puerta de un colegio.
Imagen cogida de internet

Hoy le he dicho que tiene que cuidar a los pequeños. Que si ve que alguno llora, intente hacer algo para que se sientan mejor. Y eso a ella le ha dado un soplo de orgullo e iba con la cabeza bien alta sabiéndose mayor.

Eso ha chocado frontalmente con la imagen de los pequeños, que sí, iban llorando a moco tendido, sin querer separarse de los padres, super perdidos y con cara de asustados y agobiados. Me ha dado una ternura inmensa al recordar los primeros días y los últimos porque la separación, mi pequeña, la llevó mal desde principio a fin durante el curso anterior. Además recuerdo nuestros nervios, agobios, angustia y me he sentido conectada totalmente con los padres de P3.

Foto de un niño con la cabeza escondida tras una maleta, sentado en el cesped,  con la palabra School al fondo.
Imagen cogida de Internet

Volviendo al coche desde el colegio se me ha roto el alma en dos pedazos. Un niño de unos 6 o 7 años, llegaba tarde a clase. Iba con su padre, y a este le estaba costando muchísimo que andara. Ese niño no es que no quisiera separarse del padre, es que estaba teniendo un verdadero ataque de pánico en plena calle. Iba blanco como la pared, agarrándose la barriga diciendo que le dolía muchísimo, unas ojeras moradas que asustaban, ojos desbocados, lagrimas y unos gritos de terror que se me clavaron uno a uno mientras decía que no quería ir. Llegó incluso a vomitar de miedo. No se cual es la causa de ese pánico, pero eso yo lo llevaría a tratar porque no es normal. Y si yo, una que pasaba por allí, lo estaba pasando mal, no me puedo imaginar como lo estaría pasando el padre. Debería estar destrozado.

Pero es que aun no habíamos llegado al coche cuando vi una escena que hizo que se me saltaran las lágrimas: Una pareja de ancianos, muy, muy ancianos, estaban en el zaguán de su casa. Él de pie, con un respirador conectado a la nariz, con la mano apoyada en la frente como con pena, rendición. Y la anciana, sentada en la silla de ruedas, lloraba a moco tendido, con su kleenex en la mano, secándose los ojos. Los conozco porque el año pasado, a la misma hora que yo llevaba a la ratona al cole, un minibus recogía a la mujer y se la llevaba a un centro de día (lo se por el vinilo que decora el minibus). Todos los días, el señor mayor la despedía en la parte trasera del minibus.
Hoy, la anciana lloraba amargamente durante la espera de ese minibus. No se si será la Vuelta al cole, si habrá pasado algo más que desconozco, pero ver esa amargura, ese llanto ha acabado con la barrera que tenía puesta para no llorar.

Así ha empezado mi Vuelta al cole. Una amalgamas de emociones que ha removido todos y cada uno de mis cimientos. Algunas buenas, otras malas, pero que me recuerdan que en la Tierra estamos de prestados. Que un día estamos preocupados por la entrada al cole, y otros por la edad y las enfermedades. Disfrutemos de la vida, intentemos ser felices y atesoremos esos maravillosos momentos con nuestros pequeños.

Escena de la película de UP, donde él mira su libro y su mujer no está a sentada en el sillon de al lado.

4 comentarios:

  1. No me extraña que te quedases afectada! Madre mía!!! Menudo panorama. Entre el niño y los abuelos...yo me hubiera ido al curro hecha un ñapo.
    Un abrazo

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    1. Ya te contaré a ver que tal. Hoy los abuelillos sí que estaban. Y la pobre seguía llorando. Ainss que se me parte el alma. Ya te iré contando. Gracias guapa por pasarte por aquí.
      Besos

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  2. ¡Di que si! cada cual tiene un ritmo y unas razones,si que he pensado lo mismo que tu sobre el niño del ataque de pánico (Deberían mirarlo) porque puede ser por muchos motivos y algunos desde luego suelen ser mas grabes que otros,por el resto del argumento ¡Chapó! Pues se te da bien eso de comentar tu día a día jajaja

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    1. Jajajajja, cuando las neuronas están despiertas sí se me da bien... cuando están dormidas no llego ni a juntar la M con la A, jajajjaja.
      Un beso y gracias por pasarte por aquí.

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