La decisión

¿Eres amante de los animales? ¿Siempre has querido un perro? ¿Tu hijo lleva años pidiéndote un perro? Antes de comprarlo, adoptarlo, acogerlo, piénsalo bien. Porque un perro no es un peluche que dejas encima de la cama, no. Es un miembro más de la familia. Un miembro que come, hace pipí y caca, hay que educarlo, destroza, juega, salta, y ¡LADRA! Además, como los humanos, necesitan sus vacunas, su higiene, enferman….

Cuando me venía un cliente a la clínica protestando por el gasto que llevaba invertido en el perro, siempre le decía lo mismo: “Mirándolo desde fuera, no desde el corazón sino con la cabeza, el perro es un “objeto de lujo.” Es decir, que si en nuestra casa hay un solo sueldo, y hay que estirarlo para que llegue a final de mes, debemos dejar para más adelante el adoptar al perro.
Lo mismo hay que decir para aquellos que tengan una agenda apretada y lleguen a casa a las mil. Un perro necesita atenciones, y compañía, sobre todos los primeros momentos.

Además de eso, tenéis que hablarlo tranquilamente TODOS los miembros de la familia, porque sois TODOS los que vais a formar parte de ella. Todos deberéis educarlo, sacarlo, darle de comer…. No hagáis como hice yo, por favor, que casi me cargo la relación con mi pareja por mi ímpetu. 

Como ya os conté, siempre quise tener un perro. Era mi anhelo, mi deseo, mi pasión… Pero no la de mi pareja. Lo hablamos, pero no lo hicimos tranquilamente, sino…más adelante, quizás, ya lo veremos… Y ploff!! Metí a Nilo en nuestra vida de golpe y sin anestesia. Ahora es uno más de la familia, y lo queremos con locura, pero los primeros días casi me cargo todo aquello que tenía y que tanto adoraba. Así que recordad… hablarlo y tomar la decisión todos juntos.


La llegada del perro es como cuando tenemos un bebé. Hay que prepararla. En el caso del bebé son la ropita, el cochecito, la cuna, la pintura de la habitación… En el caso del perro hay que pensar en lo primordial: comida y sueño. Es decir, desde pienso, comederos, bebederos, cama, mantas, juguetes… Un buen desembolso, aunque no tanto como un bebé.


Una vez que tenemos lo esencial, hay que pensar en la prevención de parásitos. Así que sería conveniente llevar a nuestra mascota al veterinario de confianza. Deben explorarlo y desparasitarlo.
El perro tiene 4 parásitos externos contra los que necesita luchar: piojos, pulgas, garrapatas y mosquitos. Y unos cuantos internos, como son las lombrices (como se le dicen popularmente) aunque los veterinarios os hablaremos de tenias, áscaris, etc…

Luego hay que pensar en las vacunas. Mínimo son 6 vacunas, aunque hay otras que aunque no son obligatorias, si son necesarias, así que podría ponerse en 10-11 vacunas. Cuanto más cubierto, menos problemas.
Un lema que me gusta repetir es MAS VALE PREVENIR QUE CURAR. En el caso del perro es igual que en nosotros. Más vale gastarse el dinero previniendo, que no curando. Las enfermedades suelen ser más costosas que la prevención.

Una vez decidido y aceptado, ¡¡¡a por el perro!!!!!

2 comentarios:

  1. Caro, muy caro... Me encantaría, pero el conejo siendo infinitamente más barato ya casi me supera.

    Con la ilusión que me haría un perro... :(

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  2. Yo también tuve un conejito pero cuando era muy chica y desconociendo toda la parafernalia que llevaba atrás. Lo convertí casi en un perro. Anda que no disfrutaba con mi conejito.. Cogió un virus raro y se me murió. Jo, con lo que yo lo quería...
    Ahora ya hay vacunas para conejo y todo, pero en aquel entonces...

    Algún día podrás, Alba, ya verás.

    Besos y muchas gracias por pasarte por aquí.

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