Una cosa que echo de menos son las escuelas de padres de la guardería de mi hija. Carmen, directora y psicóloga del centro, tocaba siempre temas super interesantes y además te daba pautas para poder atajar algunos problemas con los que te ibas encontrando conforme iban creciendo los peques.
Mi niña ya pasó al colegio y ahora tiene una edad diferente, pero eso no quita para que nos sigamos encontrando obstáculos en nuestro día a día como padres.
De vez en cuando, acudir a este tipo de “clases o charlas”, es como hacer un “backup” a un ordenador, comenzar de cero, e intentar volver a la vereda que tú planeaste cuando diste a luz. Porque igual que los niños entran en bucle, los padres también. Y en las charlas estas te das cuentas la de cosas que has hecho que juraste y perjuraste que nunca harías.
La última charla a la que fui, es la primera parte de dos, sobre cómo ayudar a nuestros hijos a hablar mejor. La primera parte se centra más en enseñarte que hacer desde que nacen los bebés para llegar al lenguaje oral. Y en la segunda, nos dará unas pautas para ayudarles a hablar con juegos y otras cosas, o eso nos dijeron.
Foto tomada de Internet |
Al empezar ya nos avisó que ese día hablaríamos de muchas cosas diferentes al lenguaje y que hasta el final no lo haríamos del tema en concreto pero que todo estaba interrelacionado.
Os juro que conforme iba pasando los minutos más culpable me hacía sentir, porque inconscientemente casi todos los padres actuamos mal en algún momento de nuestro día a día. Nos hizo jugar a distintos roles y algunos impactaban porque claramente uno hacía de padre y el otro de hijo, y el niño no salía muy bien parado.
Resumiendo mucho todo lo que dijo: es necesario que un peque tenga autonomía, amor, seguridad, que se les hable muchísimo y jugar con ellos.
¿Por qué es necesario todo esto?
Un niño con autonomía, con valores, que se siente querido, valorado y atendido con amor, que acepta la frustración y los límites, es un niño con confianza en sí mismo, con autonomía, autocontrol e independencia. Es decir no tiene miedo ni desconfianza, está abierto a aprender, a explorar, investigar, está motivado, con lo que aprende a hablar antes.
El primer punto clave para el lenguaje oral, es la familia, ya que somos los que les estimulamos desde pequeño. Es importante hablarles muchísimo desde bebés aunque sean demasiado pequeños para contestar. ¿Cómo? Pues describiéndole todo aquello que estamos haciendo: Ahora vamos a al baño, vamos coger la ropa de mi bebé, y vamos a llenar la bañera de agua calentita. ¿Te gusta el baño? A que sí?
Si siempre que vayamos al baño usamos la misma cantinela, llegará un momento en el que el niño conteste también: Ahora nos vamos al baño, y vamos a coger la… “opa”… y vamos a llenar la… “era”… de agua…”tita”.
Importante también el dejar tiempo para que nos “contesten”, para que se vayan habituando a lo que es una conversación, y tomar los pequeños balbuceos como si fuera una contestación.
Una vez que pasan esa edad de bebés de primeros balbuceos es importante saber que el niño aprende a hablar, hablando. Y que somos nosotros los que tenemos que estimularle. Es decir, cosas a tener en cuenta:
- Conversar tranquilamente con ellos haciendo que hable y se explique usando las actividades cotidianas o de rutina para ello, como por ejemplo comiendo, en el baño, dando un paseo, en la compra, dibujando… Eso está reñido con: LAS PANTALLAS. Si mientras comemos tenemos la tablet, o la tele… Si mientras lo vamos paseando le damos el móvil, si mientras esperamos en el médico también se lo damos.. Estamos perdiendo oportunidades para hablar con ellos.
- Además siempre tenemos que hablarles y ESCUCHARLES mirándolo a los ojos y haciendo que ellos también nos miren cuando nos hablan, ya que tienen que ver donde poner la lengua o los labios para pronunciar.
Hicimos un juego de rol que me pareció durísimo y que nunca me había fijado y es hablarle a la espalda del otro padre. Es una sensación horrible hablarle a alguien que dice que nos está escuchando pero que no nos está prestando atención visual. Y eso es realmente lo que hacemos con el niño cuando le hablamos mirando el móvil, o cuando estamos fregando y nos está contando algo… Siempre es mejor decirles: luego hablamos que ahora mismo estoy ocupada, a que te estén hablando y no echándoles cuenta.
- Hablando despacio y recalcando las pronunciaciones que haga erróneas.
- Dándole tiempo a terminar sin interrumpirle ni corregirle antes de tiempo.
- Tener en cuenta los temas que le interesan y que son cercanos a él o a ella para hacerles hablar. Esta parte también me preocupó un poco porque... Conozco a mi hija pero me preguntaron eso y solo me salía: patrulla canina, caca-culo-pedo-pis (le encanta hablar de guarradas de este tipo, socorro), las letras y sus amigos (cumpleaños, parque y demás). No tiene un tema favorito como los dinosaurios.. aunque le fascinan los bomberos y se preocupa por el fuego. Mmmmm.. no se.. aun ando atorullada.
En fin.. estas son las cosillas de las que nos estuvieron hablando, las comparto aquí con vosotros por si os viniera bien. Ya os comentaré que tal la segunda parte.
Charla dada por el Excmo. Ayuntamiento de Dos Hermanas
Delegación de Igualdad y Educación.
Bibliografí: Delegación de Igualdad y educación.
Muy buenas clases y muy buenos consejos. Vienen bien estas ayudas para saber qué se hace mal y mejorar en algo tan fundamental como es la educación.
ResponderEliminarBesotes!!!
Gracias por pasarte por este rinconcito. Sí, nos ayudan a darnos cuentas donde podemos estar fallando.
EliminarBesotes
Yo he de reconocer que es con mi tercer hijo con el más que hablo y voy haciendo más o menos lo tú comentas, supongo que es la experiencia, sobre todo del segundo que tuvo problemas en el habla, y aunque es verdad que no tiene porqué tener el mismo problema, una piensa lo peor jeje. En fin, que me parece súper importante todo lo que has contado. Interesante post. Un besazo.
ResponderEliminarMuchísimas gracias!! Es curioso, había una chica en el grupo de padres que estabamos allí que tenía un problema parecido. La primera hablaba genial y por los codos, la pequeña no hablaba bien y no arrancaba. Eso depende mucho también de la personalidad de los niños. Un beso enorme.
EliminarMe ha encantado este post, aunque no directamente, espero que me sirva (o que me de ideas!) Y lo comparto :D Graciassss
ResponderEliminarUn besote!